Etiqueta: Poemas especiales
Un
dichoso vejestorio,
presumía
que “ligaba”.
con
variado repertorio,
a
mayores asediaba.
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Como estaba de buen ver,
eso
nadie lo negaba,
se
acercaba a esta mujer,
pero de
algo desconfiaba.
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Al
notarlo preocupado,
ella le
quiso aclarar,
los
temores infundados,
que
tenía que evitar.
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Yo soy
guayaba madura,
que
tiene sus nalgas prietas,
y
también las tetas duras,
no te
fijes en las grietas.
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Que son
arrugas menudas,
que no
tienen importancia,
y no
tengas tantas dudas,
y contén
tu petulancia.
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Era
mujer cincuentona,
de buen
porte y simpatía,
que la
hacían resultona,
y
resumía alegría.
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Y es que
el viejo chacal,
por
presumir, presumía,
y
creyéndose un chaval,
algo
mejor pretendía.
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Pero una y otra vez,
eso
mejor no llegaba,
y la
dichosa vejez,
mucho ya
se le notaba.
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Y con
cierta frustración,
aceptó a
regañadientes,
que
quizás la solución,
era ya
la conveniente.
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Sentado en la
terraza de un bar, tomándome una cerveza, oí esta conversación que por la gracia que me
hizo escribí este tema.
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